"Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro."
Así de potente comienza Teoría King Kong, ensayo autobiográfico en el que la escritora francesa habla de sus temas recurrentes: la (su) violación, la prostitución, el porno y las teorías de género, que ella no llama así.
Despentes se hizo más o menos famosa con Baise-moi, película basada en una novela suya (Fóllame, publicada por Mondadori en España) que hizo que, en general, la crítica seria pusiera cara compungida, y según cuenta la autora, con sus libros, en Francia, ha pasado lo mismo. Considerada una especie de activista de la kale borroka del (post)feminismo, la dependienta de La Librería de Mujeres nos aconsejó, amablemente, que antes de empezar con la Despentes convendría iniciarse en el feminismo con otras lecturas, anécdota que seguro que a la autora le encantaría.
"Para mí, la violación posee ante todo esa particularidad: es algo obsesivo. Vuelvo a ello, todo el tiempo. Desde hace veinte años, cada vez que creo haber acabado con ello, vuelvo. Para decir cosas diferentes y contradictorias. Novelas, historias cortas, canciones, películas. Imagino siempre que un día podré acabar con ello. Liquidar el evento, vaciarlo, agotarlo.
Imposible. Es fundacional. De lo que soy como escritora, como mujer que ya no es exactamente una. Es al mismo tiempo lo que me desfigura y lo que me constituye."
Tal vez la el texto más cercano a este párrafo sea el memorable sueño recurrente que Primo Levi contaba al final de La Tregua. Levi declaró a menudo que fue la experiencia en el campo de concentración lo que le llevó a escribir, que sin ella jamás se le hubiera pasado por la cabeza ser escritor. El tono objetivo del escritor italiano es el reverso de la ira que, de vez en cuando, arrasa el estilo de la francesa, esas salidas de tono que provocan la condescendencia del establishment literario, y que sacan de quicio a la autora, en un círculo vicioso.
Teoría King Kong está muy bien en su vertiente confesional, y menos bien en su parte teórica, donde la Despentes se aventura en declaraciones más que discutibles (incluso desde su propio texto: tras recordar como la violación es omnipresente en nuestra historia cultural, la convierte "en un programa político preciso: esqueleto del capitalismo, es la representación cruda y directa del ejercicio del poder". Sin embargo, en otro lado se aduce que la explotación y la violencia sexual son subproductos de la explotación de clase, la base del capitalismo. Los hombres ricos violan a las mujeres pobres, rara vez los hombres pobres explotan sexualmente a las mujeres ricas. Desde que hay un grupo sociológicamente importante de mujeres ricas, existe un mercado de proletarios sexuales a su disposición.
En la foto Virginie Despentes posa con Beatriz Preciado, traductora (bastante buena) del libro y nuestra teórica queer más molona.
1 comentario:
Hablando una vez de la correlación de patriarcado y capitalismo, estuvimos hablando (y comiendo calçots :-) de las cougars o urban cougars (pumas o pumas urbanas): mujeres de 40/50, sofisticadas y con dinero que entablan relaciones de sexo con hombres más jóvenes. En EEUU parece que hay hasta organizaciones, aquí no sé. En el fondo, es la lamentable interpretación de la igualdad. El rico siempre explota al pobre, sea hombre o mujer.
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