domingo, 25 de octubre de 2009

Dos cabalgan juntos

Ford dirigió The horsesoldiers, mi película favorita del director, en 1959. Cuando uno vuelve a ver alguno de los films que hizo hasta retirarse con 7 mujeres se queda asombrado de lo buenos que son; de la década prodigiosa de los sesenta tal vez sólo El hombre que mató a Liberty Valance ha alcanzado el Olimpo de las películas incuestionables.


Dos cabalgan juntos va viendo crecer su prestigio poco a poco, pero imagino que sigue resultando desconcertante: es inconfundiblemente fordiana, pero vagamente diferente. Para protagonizarla incorporó a dos actores muy conocidos pero que nunca habían trabajado con él, que yo recuerde (los dos, James Stewart y Richard Widmark, repetirían). La apreciación global se ha resentido de la fama que adquirió un largo plano fijo en el que los protas tienen un largo diálogo acerca de una mujer (siempre se habla de la intrascedencia del diálogo, cosa que no es cierta: Stewart le explica a su amigo que ha aceptado el extraño encargo porque lo prefiere a aguantar a su novia). Con toda la pinta de haber sido rodada con la gorra, a ratos da la impresión de que Ford quería demostrar que lo de la modernidad cinematográfica estaba chupado, que eso de los tiempos muertos, la vaciedad narrativa, las referencias intertextuales y la ambigüedad moral era lo más fácil de rodar. De hecho, aunque el film es sencillo la trama es bastante compleja, mientras que parece que la cámara siempre se ocupa de otra cosa: el ejército encarga a un sheriff corrupto la misión de comerciar con los comanches el rescate de unos prisioneros blancos, presionado por instancias políticas preocupadas por la brecha nunca cerrada entre el Norte y el Sur, aunque progresivamente nos enteramos de que en realidad hay una misión secreta (de la que nunca tenemos claro qué grado de conocimiento tiene cada personaje), eliminar a un indio pureta que se niega a pactar con el gobierno, y al que han decidido eliminar tanto los blancos como los indios. Para ello ninguna de las instancias tiene problema alguno en utilizar los peones que haga falta, desde el entregado teniente de la caballería (un Widmark que ya andaba cerca de los cincuenta pero que se supone que es un joven algo idealista, a estas alturas Ford hacía ya lo que le daba la gana) hasta la mujer del indio a eliminar, a la que utilizan de cebo sin mayores consideraciones.

Quizás uno de los problemas de esta película es que requiere un conocimiento previo de la obra de Ford (cosa que tampoco es mucho pedir). Escrita por Frank S. Nugent, Dos cabalgan juntos es una summa de la colaboración del guionista con el director, que incluye varias de las películas sobre la caballería y Centauros del desierto (y El hombre tranquilo). Otro es el tono general: siendo uno de los films más pesimistas de Ford (todas las comunidades que aparecen son extremadamente precarias y aparecen atravesadas por tensiones irresolubles, hay una imposibilidad para traspasar los límites que las separan, y los personajes que lo hacen acaban pagando un precio terrible por ello) resulta en muchos momentos absolutamente hilarante, como en el comienzo, cuando se nos presenta a un sheriff que tiene su "oficina" a las puertas del burdel del pueblo, con cuya dueña anda más o menos amancebado mientras se busca un partido más lucrativo.


Aquí ya aparece el tema "benjaminiano" central de Liberty Valance, el asesinato primordial que sustenta el orden social de una comunidad, ese punto "irracional" que en el origen da lugar a la Ley. Pero en última instancia el film da un giro "feliz": si en The searchers Ethan Edwards se alejaba solitario en el cierre de le película, aquí su doble cínico (creo que fue un acierto el cambio de protagonista, con Wayne Dos cabalgan juntos hubiera sido diferente) encuentra una partenaire lo suficientemente "marginal" para que se abra un futuro común: Elena, la mexicana que durante años fue la esposa del indio "malo", y cuya figura es fuente de repulsión/fascinación sexual en la puritana sociedad anglosajona (a la que Ford retrata con ferocidad indisimulada). Si en Ford el héroe tiene que ser un desarraigado, alguien que pueda moverse entre las distintas comunidades sociales sin pertenecer a ninguna, aquí encontró, por fin, a su compañera ideal, alguien cuya mancha la convierte en inasimilable en cualquier círculo respetable.

7 comentarios:

Jesús Cortés dijo...

Creo que no había leído jamás a nadie decir que "The horse soldiers" es su Ford favorito y me parece bien, es una película genial.
Con Ford todo cambia, ahora en USA, tras la reedición de "Wagon master" hay una especie de campaña para entronizarla.

abbascontadas dijo...

Hay razones biográficas que entran en la elección; por otro lado tiene bastante energía (muchos extras, rodada en exteriores) pero anticipa temas de su filmografía de los 60 (el triángulo entre Wayne, Holden y C. Towers anticipa el de Liberty Valance), su etapa "anciana". Y el final me parece uno de los más tristes y hermosos de la historia del cine, con ese primer plano de Constance Towers escuchando a John Wayne decirle que se va porque se ha enamorado de ella mientras le pone el pañuelo en la cabeza, para poco después volar el puente que los separa definitivamente.

Dada la riqueza de la filmografía de Ford cada década se puede montar su canon particular, mi candidata a un redescubrimiento es They were expendable (por poner un ejemplo), que vi por primera vez no hace mucho.

Saludos!

Jesús Cortés dijo...

Bueno, "They were expendable" es una de mis diez favoritas seguramente.
Yoel meranda, el crítico turco acabo de descubrir que también señala "The horse soldiers" como su favorita en la encuesta de onelinereview.
Yo postularía para un redescubrimiento "Pilgrimage" y la extrañamente infravalorada "Rio Grande".

abbascontadas dijo...

Tendría que empezar por redescubrirlas yo! No he vuelto a verlas desde que las vi en el ciclo de la filmo hace 25 años.
Y la verdad es que no sé quien es Yoel Meranda (bueno, ni la onelinereview, para que nos vamos a engañar).

Jesús Cortés dijo...

Yoel Meranda escribe en varios sitios; lo más fácil es seguirlo en su blog "ways of seeing". Es un chico joven, 28 años creo, le falta background, ahora que no nos escucha, pero escribe bien (en inglés, en turco, ni idea).
One line review es la página de Iain Stott, un "diehard fan" de las listas.
De Ford la revisión debe ser continua. Su obra es tan gigantesca y tan variada que nunca se agota. El caso de "Wagon master", un film al que hasta ahora poca atención se le había prestado, es paradigmático. De momento el DVD sólo está en Región 1; esperemos que se edite en UK por lo menos.
El Ford de los 30 esconde sorpresas, algunas negativas. "Pilgrimage" aparte de un gran film, conecta claramente con la última etapa de su carrera, con lo que al final acabas pensando que Ford fue como esos jazzmen que la primera vez que grababan ya desplegaban subterráneamente todo su arco iris musical. Más que evolución habría que hablar de un paulatino despliegue, una metamorfosis.

abbascontadas dijo...

He entrado en la lista de Yoel Meranda y me parece un poco marciana; también le ha echado un vistazo a la tuya, con lo que ando atormentado con tanta carencia como atesoro.
De Wagon master tengo un muy buen recuerdo, pero también hace siglos que la vi. El problema con las entronizaciones de directores es que se cristalizan los discursos y nos ahorramos el paso de revisitar las pelis (cada vez que leo que alguien compara a Ford con Shakespeare me sale el mismo chiste: éste ni ha visto nada de Shakespeare ni ha leído nada de Ford).

Jesús Cortés dijo...

Sí, a Yoel le gusta mucho el Rossellini de la etapa televisiva (nada que objetar si ponderara en su justa medida todo lo anterior), Stan Brackhage, Larry Jordan creo recordar y cosas "avant garde" que quedan muy epatantes en las listas, algo que a mí particularmente no me sirve de mucho pero que otros encuentran el fin mismo de esta manía incurable(que algunos no padecen) del cinéfilo.
Creo que todo se reescribe, aunque tácitamente y más ahora con internet y esta maraña interminable de blogs. ciulaquier día Vittorio Cottafavi será proclamado, con justicia según quienes han tenido oportunidad de chequearlo, el más grande adpatador de obras teatrales al cine. Quién sabe.