Terminé hace unos días este libro de Kazuo Ishiguro, un regalo que me hizo Enrique uno de los ajetreados días en Donosti (y que me hizo mucha ilusión, porque hacía mucho tiempo que quería leerlo y por el detalle del regalo en sí). No me costó nada terminarlo y lo cerré con pena, a pesar de que el sentimiento de tristeza que se apoderó de mí desde las primeras páginas había adquirido una gran intensidad.
Es una de las novelas más hermosas e inquietantes que he leído, un libro perturbador porque, bajo la apacible superficie del relato, tras un estilo reposado, incluso lánguido, discurre una historia desasosegante y atroz, ante cuya crueldad es imposible mostrarse indiferente.
No quiero contar nada de la trama, porque estoy enérgicamente en contra de desvelar las entretelas de libros, películas, cómics y demás obras artísticas (ojo con la contraportada de la edición de Anagrama de la foto, no sólo destripa la historia sino que además lo hace mal).
Baste decir que el escenario donde arranca el tenue hilo narrativo -aparentemente ingenuo, indoloro- no podría ser más convencional: Hailsham, uno de esos colegios privados ingleses situados en el campo entre suaves colinas y frondosos bosques, con los que tantas veces nos hemos encontrado en la literatura y en el cine. Hailsham, sin embargo, no es como cualquier otro establecimiento destinado a los hijos de la élite británica. Los profesores tratan a los alumnos con gran amabilidad (aunque de un modo un tanto frío y distante), propician su creatividad artística y les preparan para un futuro muy importante pero muy poco definido; "sois especiales", se les dice continuamente, aunque no se les aclara muy bien por qué... Así que aquí es donde la historia entra a formar parte del género fantástico o de la ciencia-ficción, aunque esta opinión es seguramente muy discutible para muchos.
Una de las cosas que más me han gustado es que el lector tiene en todo momento la misma información acerca de "todo" que los propios personajes. Es verosímil, es terriblemente real porque así son las cosas; uno sabe lo justo del entorno que le rodea, no existe un narrador omnisciente que nos va chivando la estructura cognitiva y racional del universo, el motivo último de lo que nos sucede o las injerencias de los demás en nuestra vida. Avanzamos a tientas, desvalidos, envueltos en supersticiones y rumores. Nuestra única verdad es lo que podemos comprobar tocando y sintiendo (de nuevo Morris y su intimidad), y cuando termina el libro lo que nos ha llegado, lo que nos engancha, son las emociones que desprende a raudales, aunque no hayamos atisbado nunca ninguna pista reveladora acerca de esas cosas que otras obras plantean en la página cero (quién soy, de dónde vengo, adónde voy).
Es un libro intenso, diferente, de esos que dejan en la memoria una huella que no desaparece. Dicen que están haciendo una película basada/inspirada en él; sólo espero que la imagen no destruya su extraña magia.
6 comentarios:
No he podido resistirlo y he buscado más información sobre la novela, así que ya sé qué es lo que tienen de especial los chicos del internado. Si te interesa el género te propongo otra distopía igualmente perturbadora e inquietante, El cuento de la criada, de Margaret Atwood (lo tengo prestado, pero espero recuperarlo en breve). Yo pongo este en la cola de mis lecturas postparto.
A mí también me has convencido y lo tengo en la maleta para sobrevivir este largo finde.
Como Susana ha cedido a la imposición patriarcal y falocrática y ha devenido madre, ya no puede entregarse a la pulsión inmediata que la hacía saltar del sillón de su casa a La Casa del Libro cada vez que se le antojaba un libro (o una peli); con lo feliz que vivía en el mundo neurótico-gineceico de Curso de Español...
Total, que el martes te cuento lo que me ha parecido.
"Nunca me abandones" me lo compré hace poco porque lo comparaban con un libro que habia leido y que me habia apasionado "Bajo la piel" de Michel Faber, un escritor que en este año en que lo he descubierto, se ha convertido en otra debilidad. De Ishiguro no he leido nada hasta ahora, pero estoy deseando terminar un par que tengo empezados para ponerme con él. Y tu entrada ha reavivado mis expectivas :-))
De Margaret Atwood recomiendo encarecidamente "Alias Grace", como lo disfruté, es de esas veces que no quieres terminar un libro y todas son excusas para ir ralentizando su lectura :-))
saludos
Sssire, pido un poco de piedad para esta pobre madre que lee a paso de tortuga! Tengo una montaña enorme de libros a la cola, pero cada nuevo título que surge y es recomendado me ocasiona un cataclismo y un ataque de ansiedad. Me ha gustado mucho lo que he leido de Atwood, tanto el "Cuento de la criada" como algunos relatos cortos compilados bajo no recuerdo qué título, así que me apunto también a Alias Grace en cuanto pueda.
Susana, no quiero añadir mas ansiedades a tu lista, pero "Bajo la piel", imprescindible, ademas cortito, que siempre ayuda ;-))). Se está rodando una peli del libro por el director de "Birth".
Vale, lo subo al número uno. Planifico inmediatamente una salida la próxima semana a la librería más cercana, que todas las bibliotecas me quedan lejos. Ya te contaré :)
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