En el libro que estoy leyendo ahora, una semblanza de Balthus de la editorial Taschen, cuenta que este cuadro (La lección de guitarra, 1934) estuvo largo tiempo represaliado y escondido por un sitio u otro debido a su escandalizante erotismo. Lo que me ha sorprendido ha sido leer que los ecos de la represalia duraron hasta bien entrado el siglo XX (concretamente en 1984 se prohibió su exhibición en una retrospectiva celebrada en el Centro Georges Pompidou). No ha sido hasta 2001 que se ha expuesto en una retrospectiva celebrada en el Palazzo Grassi de Venecia.
Así que quizá no somos tan "modernos" como creemos, si entendemos este término como el tener una holgada amplitud de miras artísticas. Porque, ¿dónde pone el arte los límites y los adjetivos? Quizá todo esté, como dicen los anglosajones, 'in the eye of the beholder'. Por cierto, hoy día el cuadro pertenece a una colección privada.
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