Aprovechando que he llegado tarde al cine (soy incapaz de entrar a una sala a oscuras, y he llegado 10 segundos tarde al pase de prensa de I saw the devil, del coreano Kim Jee-Woon) voy a colgar unas cuantas fotos de Mercedes no publicadas, más que nada porque en ellas salía con la cara de preocupación reconcentrada que, todo hay que decirlo, en ella es habitual. Pero ninguno de estos dos operarios/escaladores a los que se mandó a lavar la fachada del Kursaal el mismo día que teníamos que cablear el edificio para retransmitir la (soporífera) gala de inauguración es mi compañera.
Aquí probablemente se estaba imaginando las cientos de quejas que la esperaban en cuanto aparecieran las docenas de trabajadores encargados de la retransmisión. Entre ellas cabe destacar la de nuestro compañero Luis Expósito, que el día del ensayo general consideró "inhumano" que a uno le dieran dos bocadillos y una cerveza a las siete de la tarde durante la pausa (Luis ha pasado a ser conocido en el equipo de producción como "el inhumano").
Aquí sentía el horror vacui que la aqueja cuando está en espacios abiertos y no tiene una pantalla de ordenador, que es lo que le debe de gustar más en el mundo, porque se tira 15 horas así durante el Festival (cuando está en Madrid sólo se tira 8, pero porque la echan del despacho). Prácticamente esto es una primicia: una de las pocas instantáneas de Mercedes al aire libre (tomada, por supuesto, en el camino del hotel al garito de trabajo.
La sombra de una duda. Yo iba a escribir acerca del dibujo de las colchas del hotel Londres como una materialización perfecta del estilo pomposo y provinciano del establecimiento, pero Mercedes se descolgó con que, a ella, el patrón (diseño en el argot moderno) del estampado le encantaba.
Mercedes mira el plato que se acaba de servir en el bufet del desayuno. Su infatigable mente, en un microsegundo, detecta que:
a) Se ha echado demasiada comida (Mercedes siempre tiene hambre pero siempre se echa comida de más en el plato).
b) No soporta que la comida se desperdicie (ética rural de subsistencia).
c) Tiene que idear una estrategia para convencerme que la tostada o la mininapolitana que ya sabe que va ser incapaz de comerse y que quiere traspasar a mi plato es un obsequio y no las sobras de su desayuno.
d) Sabe que me voy a mofar de ella y ya está ideando su contraataque dialéctico.
7 comentarios:
Mercedes paciencia con abbas !!!! Estamos contigo.
No vi la gala pero me suele gustar mucho cada año. Mi paisano Noriega es un soso de cuidado. Lo mas divertido es ver como hablan euskera los presentadores. Un día se van a ahogar.
Mercedes, mucha paciencia. A Abbas solo le doy la razón en lo de la colcha...
Me reitero en la envidia
Enrique, mira lo que has conseguido con tu supuestamente fina ironía: que nuestros miles de lectores se solidaricen conmigo.
He de decir que tanto Enrique como yo somos dos personas mniáticas y difíciles de soportar, cualidad que compartimos con el 95% de la especie humana.
Y en cuanto a las colchas y a las flores, cojo prestado a Clint Eastwood (o a uno de sus personajes, seguramente Harry el Sucio) que dijo: 'los gustos son como los culos, cada uno tiene el suyo y algunos apestan'.
Por qué todo el mundo se pone de parte de Mercedes? Yo soy una bellísima persona, si el resto de la humanidad no me aguanta..., pues eso, es culpa del resto de la humanidad.
Mercedes, se te ve genial en las fotos. Seguro que Enrique no sabría sobrevivir al operativo del Festival sin alguien con quien meterse ni tú sin un hombro en el que apoyarte en caso necesario, así que estáis condenados, sospecho, a seguir compartiendo el bufet del Londres durante un tiempo
Creo que es una de las descripciones más acertadas de Mercedes que he leído nunca. Y esa jambruna permanente tiene pinta de algún suceso subcinsciente pasado infantil... quizá alguna hermana comiera tanto que se acostumbró a acumular comida en el plato, porque por mucho que comiera la otra, algo le tocaría!!!
Los estampados son faaaaaaaaaaaashion fashion, y seguro que con los niveles de estres que se respiran por ahí a Mercedes no le hacen ni pizca de falta arneses para subir a lo alto del kursaal. ¡¡¡Ánimo, que ya queda menos!!!
Menos mal que alguien (que conoce bien a Mercedes) entiende el cariño con el que está escrito el comentario!
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