martes, 30 de noviembre de 2010

DOLOR


Interrumpo esta sucesión de sesudas entradas para contar que me han sacado una muela. La operación fué rápida e indolora, gracias a la anestesia, que junto con la rueda y el telégrafo deben ser los más importantes inventos de la humanidad. Pero una vez pasados los efectos, el dolor es insoportable, por utilizar un adjetivo. Wittgenstein ponía la sensación del “dolor de muelas” como ejemplo de la limitación del lenguaje para expresar ciertas cosas. El médico odontólogo me ha hecho algunas recomendaciones sobre cómo sobrellevar el dolor. Y yo me pregunto, en el caso de que a él nunca le hayan sacado una muela, que es lo más probable, ¿cómo puede saber cómo es mi dolor si la sensación es indescriptible?

2 comentarios:

´´ dijo...

La boca es lo peor diseñado del hombre, a mi me hace daño hasta cuando me pinchan para la anestesia y me da mucho miedo el dentista , es amigo pero yo le pido anestesia total y dice que no , los amigos ya no son lo que eran.

Susana dijo...

A mi me ha dicho que ya no se pone anestesia total, que daba mucho dolor de cabeza. ¡Ja! (no sé si lo decía en serio). Es una tortura.