miércoles, 11 de febrero de 2009

Peluquerías


Para Susana, que podría haber escrito este texto.

"Siempre, desde chico, le había resultado difícil explicarle al peluquero como quería el corte. Muchas veces había pensado que lo ideal sería poder señalar una fotografía, o a alguien real que estuviera presente, y decir "lo quiero así". Pero nunca había tenido la suerte de poder hacerlo; nunca había fotos ni gente disponibles. Y con palabras, por mucho que se había esforzado, no lograba transmitir exactamente lo que quería, al menos a los peluqueros, que aun con la mejor voluntad hacían algo que nunca coincidía con lo que él traía como intención. Una vez hecho el trabajo, no se atrevía a protestar, aunque en ocasiones le habían hecho algo tan opuesto a lo que había pedido, y tan seguro estaba de haberlo pedido con claridad, que le daban ganas de rebelarse y decir "No, no era así, empiece de nuevo". Se culpaba a sí mismo, por no emplear los términos técnicos adecuados, y planificaba la fórmulas de antemano, puliéndola, corrigiéndola."


César Aira, Las aventuras de Barbaverde

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