miércoles, 18 de agosto de 2010

Cine y utopía



Una de las reflexiones más interesantes que hace el verborreico y cocainómano protagonista de Providence, Alex Franco, se refiere al carácter totalitario del cine, y una de las manifestaciones más interesantes de ese totalitarismo se refiere al monopolio que durante muchas décadas ha disfrutado a la hora de fijar el imaginario colectivo: el cine ha proporcionado los mitos del siglo XX, y sobre todo el cine americano, ejemplo de discurso dominante en el campo social.


Be kind, rewind, de Michel Gondry, una de mis películas favoritas de la década, se centra en ese espacio para la utopía que abre el cine como mecanismo para que una colectividad pueda tomar en sus manos la capacidad de relatar(se) sus mitos fundacionales, y en el fracaso de ese intento: si bien la publicidad gusta de presentar sus productos como emergiendo directamente del inconsciente del individuo, cuando una colectividad quiere intervenir en esa construcción de su identidad siempre hay poderes para recordar que, desgraciadamente, los sueños colectivos también tienen dueño y copyright. De ahí ese tono melancólico del film en su parte final, en la que el milagro de un proyecto de film auténticamente popular coincide con el derrumbe definitivo de toda posibilidad de futuro.

2 comentarios:

Los Piris dijo...

Para aligerar un poco el comentario de Enrique y sin quitarle un ápice de razón, hay que añadir como aliciente para el que no haya visto la película que el "envoltorio" de esta melancólica reflexión sobre el copyright es tremendamente divertido. Aunque la reflexión final sea triste, siempre se agradece poder reirse un poco por el camino.

abbascontadas dijo...

Sí, hay que decir que Be kind, rewind, es la película más divertida que se haya hecho nunca sobre el manoseado tema de la muerte del cine (como forma de narrativa popular).