miércoles, 3 de febrero de 2010

Las lágrimas preciosas del peluquero Bomba




Probablemente Abraham Bomba sea el personaje más memorable de Shoah, uno de los peluqueros judíos encargados de cortar el pelo a las prisioneras en Treblinka, en el interior mismo de las cámaras de gas. En el film, Abraham cuenta su experiencia mientras le corta el pelo a un cliente, en la peluquería el resto del personal no deja de trabajar y la puerta se abre para dejar entrar a otros hombres que se quedan algo sorprendidos de lo que ven (un equipo de cine, luces.,,,), aunque acaban quedándose dentro. Bomba habla con un peculiar e hipnótico inglés, del que se diría que han desaparecido las inflexiones emocionales. Lanzmann cuenta en sus apasionantes memorias como oyó hablar de este superviviente y lo buscó durante meses, sabía que trabajaba en Nueva York pero su nombre no aparecía en ningún listín ni directorio profesional. Tras dar con él lo convenció para que diera su testimonio a cámara, pero pasaron dos años antes de que pudiera rodarlo, y para entonces Abraham había dejado Estados Unidos y se había marchado a Israel. Nueva búsqueda, nuevo encuentro, largas conversaciones y el rodaje. Bomba se había jubilado, pero decidieron que la conversación tuviera lugar en una peluquería (de hombres), mientras (simulaba que) ejercía su oficio.


El momento de la quiebra del discurso de Abraham es tal vez el más grande de la película, en palabras de Lanzmann "las lágrimas de Abraham eran para mí preciosas como la sangre, el sello de la verdad, su encarnación misma", y a continuación define la piedad como "el imperativo categórico de la búsqueda y transmisión de la verdad."

Como el fragmento habla por sí solo, no tiene sentido comentarlo. Está en Youtube, donde también he encontrado el testimonio de Abraham Bomba para la Fundación que recoge testimonios de los supervivientes del Holocausto, testimonio que al parecer dura más de tres horas.

(Sigo completamente enganchado a las Memorias de Lanzmann, a la apasionante narración de como rodó Shoah; por ejemplo, las secuencias con la cámara oculta. El libro se va a publicar próximamente en Seix Barral. Si alguien sigue este blog, cuento que he dejado a Stephen King en la página 120 de It, harto de la hipertrofia narrativa y de la redundancia expresiva)

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