Lleno en la Filmo para ver este film de Mulligan con Steve Mcqueen y Natalie Wood, que comienza con un plano de un inmenso auditorio vacío, que progresivamente se va poblando de una multitud, de entre la que la cámara elige a Rocky (Steve McQuuen) un músico con poco trabajo que se tropieza con una pareja circunstancial (Natalie Wood) que le cuenta que de su olvidado encuentro efímero espera un niño, y que acaba con otro plano parecido, un contrapicado de una calle en el que otra muchedumbre rodea a la pareja protagonista, momentos antes de que el director abandone a sus personajes al flujo anónimo de su existencia. Entre medias, una desconcertante película que cambia completamente de registro a la mitad, pasando de un drama social en el que los protagonistas buscan dinero para realizar un aborto clandestino en el Nueva York de los sesenta a una comedia romántica de impecable factura clásica.
Entre esos dos momentos en el que descubrimos a los protagonistas en medio de la masa anónima asistimos al doloroso trayecto que deben acometer para conseguir que el acontecimiento que en el pasado tuvo lugar bajo el signo de la desesperación o de la rutina (el encuentro sexual de antaño, cuyos rasgos vamos descubriendo, como en un palimpsesto, en la tortuosa peregrinación que llevan a cabo por la ciudad en busca de los dólares que les faltan para desembarazarse del residuo que dejó su aventura) pueda repetirse en un futuro en las mejores condiciones, gracias a la alquimia sentimental que transmuta el estriércol en oro y el azar en destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario