lunes, 8 de marzo de 2010

Spoiler Island


(Si algún incauto tiene intención de acercarse a ver esta película, que se abstenga de leer este comentario)
Leonardo di Caprio es un agente federal que va a un manicomio a investigar un caso bastante marciano. Al cuarto de hora descubres que el agente es un psicótico como la copa de un pino, y al cuerto de hora y 10 segundos supones (acertadamente) que Shutter Island es una aparatosa variación del gabinete del doctor Caligari, así que el resto de la proyección te la pasas esperando pacientemente, entre sustos y golpes de efecto, que te cuenten el trauma del prota, mientras haces cábalas del tipo ¿habrá sido él el que ha matado a sus hijos?.
Como la peli es de Scorsese, hay que meter temas importantes, que para eso se le ha contratado, y en vez de conformarse con hacer un refrito de las decenas de películas que en los últimos años nos han contado una historia desde el punto de vista de un loco (o de un muerto, que a efectos de narración es casi lo mismo), aquí uno de los puntos oscuros en la vida de Di Caprio tiene que ver con su participación en la liberación de Dachau y su descubrimiento del horror de los campos de exterminio nazis. Pero más que provocar en el espectador interrogantes acerca del Holocausto como el agujero negro de la consciencia de Occidente (un tema que Godard toca de manera más honesta), uno se mosquea por el uso algo obsceno de un asunto que no tiene cabida en un artefacto tan vacío como éste, en el que la brillantez formal agiganta su inanidad.

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