"A mí me encantan las inscripciones en las guardas y las notas en los márgenes: me gusta el sentimiento de camaradería que suscita el volver páginas que algún otro ha pasado antes, así como leer los pasajes de los a comentar que a mí también me encanta que otro, fallecido tal vez hace mucho, llama mi atención."
Pues como éste es un libro para bibliófagos, voy a comentar que a mí también me encanta leer libros de segunda mano, sobre todo si me gustan mucho, de la misma manera que me encanta dejar ejemplares de obras que me han afectado, e imaginar como será la reacción de la otra persona. Después del hecho evidente de que son gratis, lo que más me gusta de los libros de las bibliotecas es que otras personas los han leído antes. Como en la de mi barrio todavía tienen el buen gusto de poner la fecha de devolución con un sello en el libro, lo primero que hago es echarle un vistazo para ver cuantas personas se han cogido esa obra antes, en qué períodos hubo más demanda, y elucubrar qué vericuetos llevaron a los anteriores lectores a desear leer el mismo libro que yo. Y en este sentido la gloria se la lleva la biblioteca del Instituto alemán, en cuyos libros venía el nombre del lector que se había llevado el libro a casa, lo que casi permitía trazar una biografía lectora de alguno de los nombres recurrentes.
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