sábado, 5 de abril de 2008

Vida de un ayudante de producción (1)

Premios de la Música en Valladolid

Carmen me dijo que si me iba a hacer una gala a Valladolid archirrequetefacilísima: ni sonido ni iluminación, soltábamos la unidad móvil en un muelle da carga donde cabía un portaviones, enchufábamos los cables de cámara a un patch que estaba a dos pasos (el ultramoderno auditorio Miguel Delibes ya estaba cableado por dentro en previsión de estas cosas) y nos entregábamos al ocio y la molicie una semana. Ya hubo voces que se mostraron extañadas de mi confianza en tan idílico panorama. el primer problema que nos encontramos es que la situación de las UUMM no podía ser la prevista, porque se había retrasado el viaje de nuestra unidad y ya se había colado la de sonido (que era de otra empresa). Un tal Pachi, director de producción de la empresa que organizaba el evnto, se empeñaba con mil excusas en que las UUMM se quedaran fuera del muelle, y así estuvimos en una negociación que duró un rato, y que sirvión para que Jefe Técnico, Pedro Rico, estuviera de morros toda la retransmisión. A partir de ahí las cosas se bifurcaron. Aunque no había demasiados problemas, la sensación es que había una guerra sorda entre el equipo de TVE y el de la productora. Abundaban pequeños desplantes, irritantes llamadas de atención (siempre molestaban nuestros cables), hasta que alguien cortó el nudo gordiano: Ambrosio es una persona de montaje de toda la vida, con aspecto de tener la fuerza de un toro; a este trabajador se le ocurrió acercársele un tal Mayús, del que la definición más benevolente que se oyó es que se trataba de una loca histérica y maleducada, dándole toquecitos en la espalda y diciéndole que había un cable mal tirado. Ambrosio le dijo que era un gilipollas, y al otro no se le ocurrió otra cosa que decirle con voz aflautada que qué vocabulario era ése, tal vez el momento de su vida en que ésta ha corrido más peligro. Nuestro paladín dijo que le iba a dar una hostia, y cualquiera que haya visto mosqueado a Ambrosio puede hacerse una idea del terror que acometió al Mayús, del que no se volvió a saber nada en los días que restaban.


1 comentario:

jeftecumf dijo...

Enrique eres muy poco critico con la vergonzosa actitud de el tal Patxi y sus secuaces, especialmente el tal Mayús; no dejaron de tocar los mismisimos desde el momento q nos acercamos a su "espectaculito" y no me digas q la excusa de su pequeño vehiculo de sonido, instalado (con una manguera de tension y un multipar de sonido), para no dejar pasar la UM,al lugar q ellos mismos habian impuesto, para q no les molestase mucho ese camioncito q iba a retransmitir su espectaculo a toda España, no era más q ridicula