viernes, 26 de agosto de 2011

Paranoid park



La proyección del film de Gus Van Sant ayer tarde en la Filmo fue tan desastrosa que fue como ver otra película. La proyección fue oscura, carente de nitidez, con el encuadre recortado y con un audio incomprensible. Yo la recordaba como una película estupenda, y ayer, despojada de la belleza de la imagen, me pareció un ejercicio algo iritante de minimalismo cool, con un montón de efectitos de texturas y sonido que acababan resultando un poco cansinos (se me escapaba qué hacía tanto Nino Rota en la banda sonora, por ejemplo).


Al margen de esto, tuve la impresión de que retrocedía a la prehistoria. El protagonista es un adolescente que escribe una carta en el que narra su primer encuentro (o encontronazo) con el sexo y la muerte (dado que la psicosis está ya inscrita en el título, no es difícil imaginarse como van las cosas). Pues bien, el chaval escribe... a mano! (bien es verdad que hace unos palotes bastante infantiles, pero eso no quita belleza y valentía al gesto) No tiene un ordenador por ningún lado. Y no tiene móvil! La verdad es que el chico parece un querubín escapado de un cuadro renacentista, y algo de inocencia angelical tiene, no como las chicas, que Van Sant retrata como una banda de arpías prestas a violar la inmaculada castidad del héroe.

4 comentarios:

Sergio Sánchez dijo...

Hace tiempo que no piso el cine Doré, pero tradicionalmente no he tenido mucha suerte allí en lo que respecta a proyecciones. Según recuerdo en el vestíbulo te informan del estado de la copia, supongo que tienden a optimistas en esa información.

abbascontadas dijo...

El problema no es el estado de las coipas, sino de los aparatos de proyección (y tal vez de los proyeccionistas, porque hay proyecciones notablemente mejores que otras)

Mario Salazar dijo...

La mente es injusta a veces, como que te olvidas de muchas cosas tras agregar más infomación, he visto ésta película pero no la recuerdo totalmente, pero me agrada lo que me evoca, de lo que guardo, me gusta ese tono de culpa que le infringe Van Sant a su película, me parece la otra cara de la moneda con respecto a Elefante, aquí el crimen está presente como espina, molesta, se teme ser descubierto, si bien hay cálculo en el silencio. Con su perfil juvenil que tanto lo identifica. Será motivo quizás como tú para volverla a ver. Ya viene Restless que aunque no tuvo el éxito esperado en Cannes igual suena interesante. Un abrazo.

Mario.

abbascontadas dijo...

No llegué a ver Restless pero las noticias que me llegaron fueron más bien negativas.
Paranoid park tiene cosas muy interesantes, pero una mala proyección se las carga.