sábado, 17 de septiembre de 2011

Cine español de género


Aunque el Festival acaba de empezar llevo en sanse una semana y tengo la sensación de que nací aquí. Sólo he visto dos películas, las dos españolas y las dos de género: Intruders y No habrá paz para los malvados. No había visto ninguna película de Fresnadillo ni de Urbizu antes. La primera es un fracaso y la segunda un éxito: Intruders quiere dar el pego de peli solvente y con pasta, con su plus de prestigio por ser europea, y se queda a medio camino en todo: en diseño de producción, en interés narrativo, en ambiciones estéticas. Es de esas producciones en que notas lo que ha costado cada plano con helicóptero. Me gusta la idea de unos preadolescentes que no son capaces de terminar un relato, acosados por una quiebra psicótica que se contagia, pero una vez organizado el tinglado de una manera algo pirotécnica (pero también un poco cobarde, lejos del desmelene asiático o el barrocismo fou de un Argento) tira por la borda todas sus posibilidades. Total, lo que aquí vendemos como una superproducción, por ahí se venderá como una tv-movie.

La de Urbizu mola, es cine de género bien hecho, sin trucos, ni pretensiones autorales, en la que las ambigüedades éticas emergen con naturalidad del desarrollo de la historia, sin impostaciones del tono. Hay sequedad, eficacia narrativa, un José Coronado que llena su personaje. No se avergüenza de respetar los códigos del género, pero sutiles pinceladas dan vida a los protagonistas. No habrá paz ... se mueve en ese espacio que separa la ley jurídica que articula la vida social con ese orden simbólico que lo sujeta, por así decirlo, y que aquí, como en las películas de Ford, está sostenido por un héroe que paga un precio muy duro por llevar a cabo su tarea.

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