Cuando llegué anoche a Donosti me dirigí ipso facto, acompañada de Enrique e Inma, a nuestro lugar de peregrinación anual: el Va Bene. Una hamburguesería-isleta en el centro del Boulevard, que todos los años espera nuestro regreso como las golondrinas, pero en sentido contrario. Ellas van al sur, nosotros al norte.
Allí pude degustar mi primer sándwich del festival... El primero de unos cuantos que nos quedan, algunos acompañados de animada conversación y otros entre alicaídos suspiros.
Este año tenemos el gran problema de los formatos. La tecnología digital nos ha invadido en su multitud de versiones y el resultado es un cacao maravillao de mpegs y quicktimes. A partir de mañana Enrique comenzará sus sesudas críticas de cine como faro y guía estilístico que es de este blog, pero por ahora basten las instantáneas de nuestro despacho de producción sin vistas al mar.
3 comentarios:
Muy bien, salís muy guapos. Veo que, efectivamente, años después nada ha cambiado. Bueno, si, Enrique parece más calvo y Mercedes tiene más rizos. Disfrutad del Festival y salid todo lo que podais que la experiencia es un grado y las cosas ya deberían empezar a funcionar solas sin necesidad de producción. Inmersa como estoy en mis problemas/avatares materno-filiales no sé ni quién es el presidente del jurado, por lo que espero un detallado diario de todo, todo, todo. Mercedes, mejor habla tú de las fiestas. Feliz Festival!
Más calvo no, más viril.
Buenos reflejos, Enrique. Como hermanísima de la bloggera mayor, tengo que hacer mi intervención bizarra: ¡¡¡¡¡Pero qué guapaza la zagalaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!
Espero con impaciencia y el diccionario de la RAE en mano las críticas cinematográficas. ¡¡Buena estancia a todes!!
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