miércoles, 24 de agosto de 2011

Hijos sin cuentos




Inglorious basterds incluye una de las variaciones más salvajes de la emblemática escena del zapato de la Cenicienta que el cine recuerda (si bien no es nada comparada con lo que Tarantino hacía con el cuento de La Bella Durmiente en Kill Bill). Con notables excepciones, los fairy tales han tenido una deriva progresivamente siniestra en el cine contemporáneo (en la literatura también, claro), una progresión paralela a su desaparición en la vida de los niños en nuestros días, desaparición que Bettleheim consideraba catastrófica en un libro famoso.


Yuki & Nina se abre con una escena en un parque en el que un abuelo cuenta a una niña un cuento sobre un zorro y un ruiseñor. Como mandan nuestros tiempos, el narrador no se atreve a llevar muy lejos la violencia de la historia: el zorro se acerca a comerse al ruiseñor, pero en el último momento prefiere quedarse escuchando el canto. Pero aún así, hay algo hermosamente ejemplar en la aplicación y la paciencia y el cariño que hay en su gesto. Es el primer y el último adulto que contará una historia a las protagonistas de este hermoso film que escribieron y dirigieron al alimón Nobuhiro Suwa (que no sabe francés) y Hyppolyte Girardot (que no sabe japonés).


Hijas de padres separados, Yuki y Nina tienen que construirse sus propios relatos, balbuceantes historias a las que no pueden dar fin, porque obviamente les faltan los mimbres narrativos para hacerlo y porque los cuentos son un don que tienen que ser recibidos para poder ser a su vez transmitidos (en una de las secuencias más bonitas de la película son las niñas las que configuran un cuento para intentar salvar el matrimonio de los padres de Yuki).



Si bien todo podría apuntar a un film acerca de la producción de una psicosis infantil (y algunas construcciones visuales así lo sugerirían, como esa enorme y oscura chimenea que parece a punto de comerse a las niñas cuando estas se escapan a la casa de campo del padre de Nina, o ese bosque en el que, tan diminutas, se diría que están cerca de desaparecer, devoradas por esos árboles inmensos o esos tupidísimos helechos), Yuki & Nina gira hacia una vertiente sublime que, si bien francamente minoritaria en la narrativa contemporánea, no ha dejado de tener cierta presencia en los últimos años. Como en muchos cuentos, las niñas se pierden en el bosque, espacio emblemático del encuentro con lo real.


Allí Yuki escapará para romper con todo, y en el momento en el que uno podría temerse lo peor, se encuentra con el espacio materno de la infancia, una experiencia epifánica que le permitirá reconciliarse con la insoportable situación en que se encuentra. Este espacio fantastique reaparecerá en la última secuencia. Allí Yuki regresará acompañada de su madre, el bosque amenazante reconvertido en una agradable paraje al borde del río. Si bien esta fusión con el cuerpo/espacio de la madre no garantiza nada, por el momento podemos decir que Yuki se ha salvado.

4 comentarios:

Sergio Sánchez dijo...

Estupenda película, deseando que Suwa se prodigue mucho más. H Story es la única que no he visto, y M/Other me parece la mejor y más conmovedora.

abbascontadas dijo...

No he podido ver M/other, de la que me han contado maravillas, a ver si tengo suerte y me la tropiezo de manera insospechada.

Jesús Cortés dijo...

Coincido con Sergio, "M/other" es su mejor film, uno de las verdaderas cumbres del cine asiático de los últimos veinticinco años.

abbascontadas dijo...

Pues nada, no se hable más, que he visto que la tiene editada Intermedio (no deja de ser curioso que en España coincidan una cosecha impresionante de ediciones en dvd con unas carteleras tan raquíticas).