martes, 26 de enero de 2010

La donación psicótica


Mundo maravilloso es (entre otras muchas cosas) una novela de iniciación, en la que un adolescente de treintaytantos años, Lucas Girault, se encuentra con lo que considera un extraño encargo de su padre, del que nunca supo mucho, en forma de inesperada herencia. La mejor amiga de Lucas es una niña de 12 años que es fanática de Stephen King. Todo el mundo piensa que Lucas es un pederasta y se acuesta con Valentina (nombre de la niña), que tiene brotes psicóticos. Pero ellos sólo hablan. En un momento dado, la relación cambia y Lucas tiene que asumir una función paterna ante Valentina (cuyo padre biológico abandonó la familia años atrás, justo en el instante en que la niña le pedía que le arreglara un despertador). Mundo maravilloso está lleno de gente sin padres (y sin hijos). Lucas Girault está a la altura de la demanda de la Valentina: le hace una promesa (rescatarla de la prisión donde se haya, un manicomio) y la cumple contra viento y marea, pero como buena novela contemporánea que es, el relato que Lucas le entrega para conformar simbólicamente su crecimiento es una narración psicótica, la última novela de Stephen King, precisamente Mundo maravilloso (un pastiche homenaje que escribe el propio Javier Calvo), una narración del corte de La invasión de los ultracuerpos, la fantasía paranoica de un individuo que un día se despierta y descubre que sus vecinos se han convertido en algo diferente, están poseídos por un espíritu extraño (que irónicamente les hace ser amables y simpáticos).

No hay comentarios: