En mi carrera he tenido la fortuna de haber ganado muchos premios y la desdicha de haber perdido galardones muchísimas más veces.
La profunda emoción del triunfo no se compara ni poco con la agonía de la derrota.
De mi carrera puedo decir que la han arropado la buena suerte y la contumacia.
Confieso que me arrepiento de algunas de las películas que he perpetrado pero me arrepiento muchísimo más de las entrevistas que he dado.
Siempre que las he leído, parecen dichas por otra persona, un poco mas imbécil que yo.
Y eso me da mucha vergüenza.
Para hablar de mí el adjetivo "irascible" es el frecuente. Y es cierto. Soy pasional.
Así son mis películas. O al menos eso quisiera pensar yo.
Si fuera una persona reflexiva y equilibrada, hubiera trabajado en la alta pedagogía o en algo que requiriera de delicadeza, diplomacia y buenos modales.
Pero no lo soy.
Quizás por eso me dedico a lo que me dedico.
Hablé hace unos días sobre el festival de cine de San Sebastián y sus entretelones.
Habló la ira.
Esa furia agónica de la derrota.
Y la ira es como una borrachera.
No la pude controlar.
Cuando yo era muy chico y soltaba algún improperio, mi nana Rosa decía que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
Eso es francamente cuestionable, además cuando hablé hace unos días, ni estaba borracho ni soy un niño
Y como era una entrevista donde dije lo que dije, me arrepiento una vez mas.
Y mucho.
Con esta nota quisiera dar por terminado un penoso asunto, que de no ser yo un colérico nunca habría ocurrido.
Hago mías las palabras de Jorge Luis Borges cuando escribió
"no es que tenga razón, es que así soy..."
Arturo Ripstein
La entrevista de marras la dio a Gara
1 comentario:
acabo de ver tu comentario perdido me salia Spam, a mi me gusta hacer ciclo de escritores pero puedo meter cosas entre libro y libro.
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