Por razones laberínticas me he visto sentado delante de la realizadora de Kung fu Panda 2, Jennifer Yuh, una chica de inconfundibles rasgos (y tranquilidad) orientales. Me resultaba inverosímil que a tal prodigio de calma le haya caído la responsabilidad de lidiar con un proyecto tan caro. Como no sabía qué preguntar, la verdad, he dado rienda a mi curiosidad acerca de qué es lo que hace el llamado director en un proyecto tan poco personal como este. Parece ser que es una especie de coordinador. Y que si, una vez concluida una escena, puede decirse que no vale y que hay que repetirla. Y me ha dicho que a veces ocurre, y que aunque sea muy doloroso (painful), hay que hacerlo. Y me ha aclarado que el enfrentamiento entre la China buena (el rollito "inner peace") y la China mala (el imperialismo y pisoteo de las libertades individuales) no tiene nnguna implicación política que pueda aplicarse a la actualidad, que para eso es sólo una fábula amable ambientada en los ancien times.
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