Parece ser que ha habido un problema en blogger y se han borrado algunas de las entradas que había escrito. Esta foto corresponde a mi primer madrugón para acercarme a la lumiere para ver We have to talk about Kevin, dirigida por Lynne Ransay, escocesa a la que he entrevistado esta tarde, y que hablaba lentamente porque reconocfía que el acento escocés es incomprensible.
Como The beaver, la película que presenta Jodie Foster fuera de competición, We have... habla de la locura que se dispara en el espacio doméstico, en este caso la de un hijo sociópata, cuya madre se siente infinitamente culpable por ser incapaz de empatizar con el monstruo que ha traído al mundo, una pesadilla que asola a la maternidad contemporánea. Tilda Swinton está genial haciendo de madre, y recorre casi tosdo el espectro dramático al que puede aspirar una actriz. En este caso, influye en la opinión que la entrevista con la Swinton ha sido estupenda y ha demostrado que es tan inteligente como buena actriz (y super erótica en persona).
Ramsay se deja llevar por la facilidad que permite una estructura en puzzle para mantener el interés sobre el núcleo siniestro de la historia, un acontecimiento que se va desvelando poco a poco mientras la narración va saltando en el tiempo, de la misma manera en que las texturas diferentes acaban estetizando en exceso el film. Junto a la actriz brilla el joven actor que da vida al hijo psicópata, una presencia extremadamente inquietante.
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