miércoles, 25 de mayo de 2011

Sobre Cannes (II)



Dentro de ese infinito muestrario de las formas en que un padre puede fallar que ha sido este Cannes, el Palmarés ha destacado también Le gamin au vélo, de los recurrentemente premiados Dardenne. Aquí hay otro niño en permanente estado de desbocada actividad que invoca compulsivamente la figura de un padre ausente. Aquí se ve desde el principio que el padre es un capullo que no quiere saber nada del niño, pero a su rescate viene, de nuevo, la otra figura omnipresente de este festival, la madre incondicional, cuyo amor es ilimitado y previo a cualquier consideración, aquí encarnada en una peluquera guapísima que le cobra un afecto rayano en lo irracional.



Antes de sucumbir a ese amor materno que nunca falla, el chaval prueba con un sucedáneo de padre, un macarrilla de barrio que le ofrece una parodia de lealtad, lealtad que (no creo que desvele nada contando esto) traiciona de manera irremediable. El final nos ofrecerá una coda en la que otro padre también se muestra a la altura del betún, y eso que la peli de los Dardenne no está mal pero es un poco esquemática, un film que da la impresión de que han hecho con la gorra, y en el que resulta algo desconcertante que todos sean tan guapos: el niño, el padre capullo, la peluquera, el delincuente juvenil.



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