viernes, 28 de mayo de 2010

Entrevista con Apichatpong Weerasethakul



- Quería hacer una película que no fuera épica, porque el tema de la muerte es bastante serio, pero no quería hacer un film severo. La muerte es sólo una parte de la vida.

-La gente en Oriente cree que cuando mueres, no mueres realmente, simplemente te manifiesta en otras formas, como un animal o una planta.
Para mí la idea de la transición de la vida a la muerte es algo natural, de la que no hay que tener miedo. Por supuesto, todo el mundo la teme, incluyendo el protagonista de mi película. Pero la película presenta este paso de una manera muy diferente, y esta es la creencia que quiero transmitir.

- Quiero que la audiencia sienta que no sólo los protagonistas están presentes en el film, sino también que las plantas, los animales y la naturaleza son parte del Universo.
Cuando haces un film sobre la reencarnación y la transformación de las personas en otras realidades es muy importante marcar la presencia de estos seres vivos alrededor de los personajes. Esta es la razón de mi manera de filmar y de utilizar el sonido, conseguir que el espectador tome consciencia del entorno natural.



- La idea central es que el hombre no muere y deja de existir, sino que simplemente se transforma en otra cosa, un árbol, el suelo... La energía sigue circulando por todo el mundo. Esto parece un discurso filosófico, pero yo lo quiero presentar de una manera muy sencilla, incluso como una película para niños, muy naif.

- Me gusta filmar
en ese momento entre el día y la noche porque es en el momento en que los hombres se van a descansar cuando los espíritus hacen su aparición. Es el instante del cambio en el que coinciden dos mundos, el espiritual y el humano.



- Esta película es un homenaje a la infancia, a mi lugar de nacimiento al sitio donde crecí, en el Noroeste de Tailandia. Rinde tributo al cine que he vivido. Si uno se fija, en el film hay seis realidades diferentes, filmadas de maneras distintas, cada una con su propio estilo, iluminación, ritmo e interpretación. A veces tiene un tono documental, otras es bastante dramática, otras resulta deliberadamente anticuado.

- El episodio de la princesa es un homenaje a los melodramas de época con los que crecí, pero al mismo tiempo habla de las múltiples vidas que un film puede tener. No sólo uncle Boonme, también el film tiene varias vidas.

2 comentarios:

Amós dijo...

Gracias por compartir la entrevista Enrique. Oye por qué no pones las preguntas que le ibas haciendo, la eché en falta.
Le voy a mandar la entrevista a Boyero que le va a encantar ;)

abbascontadas dijo...

Las balbuceantes preguntas en inglés que le hice hubieran alargado innecesariamente la entrada!
Le comenté el hecho de que ne el film todo tipo de presencias tuvieran el mismo peso visual, le pregunté por la muy trabajada banda de sonido (en cierto sentido similar, aunque en una clave mucho menos siniestra, claro, a la de Anticristo), por su afición a rodar en el momento que separa al día de la noche (algo que debió de dar muchos quebraderos de cabeza al director de fotografía), hice referencia a El fantasma y la señora Muir, por citar un film clésico con fantasma doméstico (y casi conyugal) dentro, y me dijo que no lo conocía, y la respuesta más interesante y cinematográfica, la última, vino tras la pregunta sobre la inclusión de un texto de corte mítico (el cuento del amor entre la princesa y el pez-gato) en el devenir del film (que está interrumpido por otros subrelatos, a cargo de los diferentes personajes que van emergiendo -nunca mejor dicho-).