martes, 18 de mayo de 2010

KÉT LÁNY AZ UTCÁN


Como todos los lectores del blog saben, el título que da nombre a esta entrada es el original de un film de André de Toth del 39, cuando el director trabajaba en Hungría, y que hoy he tenido el inmenso placer, por partida doble, de ver en la sección Cannes Classics, un poco por resarcirme de la frustración de haberme perdido Boudu salvado de las aguas por culpa del directo con Bardem.
Por partida doble primero porque la peli es buenísima, y segundo porque la ha presentado Tavernier, al que espero que todo cinéfilo que siga el blog tenga el placer de escucharle hablar de cine alguna vez en la vida, porque es fascinante y arrebatador (hace años, en San Sebastián, le pedimos que nos dijera unas palabras acerca de Robert Wise, que acababa de morir justo cuando se le dedicaba un ciclo, y de una tirón nos soltó un discurso perfectamente articulado sobre la importancia de Wise y como había anticipado muchos elementos estructurales en diferentes géneros, citando filmes a porrilo -muchos de los cuales no conocía de nada-, entrevista que es una de las experiencias más extraordinarias que he tenido en el campo de la cinefilia).
Tavernier ha encadenado nombres, anécdotas, películas, ha trazado un trayecto apasionante y divertido del director, y ha dejado el ambiente a punto de caramelo para que disfrutemos de esta maravilla, una comedia clásica atravesada por las tensiones temáticas y visuales de las vanguardias de entreguerras, y en la que se apuntan los conflictos entre un eros lésbico (la pareja de mujeres protagonistas, cuya amistad la peli deja pocas dudas sobre sus características) y uno heterosexual (el conflicto que surge entre ellas cuando compiten por el mismo hombre). Un par de secuencias para el recuerdo: una de las protagonistas se desviste en una castea de obras, y el constructor se ve acometido por el deseo cuando descubre la sombra de la mujer desnudándose enmarcada por un puerta, mientras que hasta ese momento no le había hecho el menor caso; el plano secuencia en que la pareja femenina visita un piso, y la cámara acompaña cadenciosamente a la que lo disfruta del piso en primer término, mientras que en segundo plano vemos a la otra hablar con la agente inmobiliaria, plano de una elegancia y precisión dignas de Tsai Ming Liang.
Hay mucho más, pero sirva esto de acicate para acercarse a esta película.

2 comentarios:

Daniel Quinn dijo...

Muchas gracias por todos los comentarios!! Me apunto la de De Toth, que no conocía, y se me hace aún más la boca agua con Godard y Kiarostami. A ver si no tardan mucho en llegar por aquí... Y respecto a Beauvois ya veré si vuelvo con él, porque lo último suyo que vi, No olvides que vas a morir, pese a estar muy bien, se me hizo increíblemente dura por la crudeza de su contenido.

Que siga todo igual de bien por allí y a ver qué tal lo que queda, que aunque se haya gastado la pólvora infalible aún están por ahí Hong Sang Soo y Apicha, o el tan comentado como revelación del festival Loznitsa...

abbascontadas dijo...

La de Loznitsa me la perdí, a ver si le recupero el último día.
Hoy pasan un Ioseliani también, y las 5 horas de assayas sobre Carlos el terrorista.
La de Godard es dura de ver, pero para escribis sobre ella es un festín.
Acabo de entrevistar al barítono que protagoniza la de Kiarostami y me ha confesado que no sabe nada de cine y que no me puede decir nada sobre Rosellini. La verdad es que yo no sé nada de ópera, así que estábamos empatados.

Saludos