miércoles, 29 de octubre de 2008

La pérdida de un diamante lágrima



El gancho en la SEMINCI de esta película es el autor del guión. Alguien se tropezó con un original de Tennessee Williams y decidió que había que rodarlo, supongo que sin leérselo. También es probable que lo que se encontrara fueran escenas sueltas para diferentes obras de teatro, y a algún ejecutivo se le ocurriera la brillante idea de juntarlas de alguna manera a ver lo que salía de ahí, que supongo que no hay que ser un lince para saber a estas alturas que no es gran cosa.
Y los problemas empiezan con el guión, que es bastante confuso y desarrolla mal las secuencias, sin que en muchos casos se entienda la agria respuesta emocional de los personajes, ni lo que les lleva a hacer lo que hacen. La protagonista es una heredera sureña que tras la vuelta de un tour europeo se encuentra desplazada en la sofocante alta sociedad de donde sea que ocurre la acción, y se dedica a imitar a la Dorothy Malone de Escrito en el viento.
Hay elementos interesantes en la película, pero uno tiene la impresión de que están mal colocados o desperdiciados: el "pecado original" del padre (destruyó un dique que ahogó a varias personas), que aparece y desaparece según convenga; los diamantes lágrima, una buena idea de objeto "mágico" que circula entre mujeres, pero cuya pérdida dispara el conflicto de una manera incomprensible; los conflictos de clase e inferioridad social, que acaban mezclados con cosas que no tienen nada que ver; una tarea terrible que le cae a la protagonista, y de la que no se sabe el desarrollo ni como influye en ella.
Eso sí, salen mansiones sureñas, atardeceres y amaneceres, y como mandan los cánones todo está rodado en un elegante cinemascope.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ne svida mi se