Animado al descubrir que tengo dos lectores, hago un repaso rápido a lo último vivido en el festival. No hice caso al mensaje enviado por mi hada madrina y conseguí colarme en el pase de las diez y media de la película de Von Triers, director al que todo el mundo sabe que tengo una tirria enorme, y como supongo que ya han llegado las críticas del film es fácil imaginar que ésta no va a cambiar las cosas.
Anticristo es el texto número 300.000 que retrata la psicosis de una mujer confrontada a un goce abrasador para el que no encuentra el hombre adecuado (aquí un Defoe psicoterapeuta que se dedica a dibujar ridículas pìrámides); yo la describiría como una parodia suecada de Inland Empire. Incluso hace un par de años Defoe hizo una película con su chica parecida a ésta, bastante fallida, pero Von Triers ha decidido hacer una todavía peor, con más subrayados, más sobreexplicaciones, más trampas y más barullo. Da toda la impresión de que la ha rodado muy rápido y sin currarse el guión; y lo único que tiene gracia es cierta misoginia de señorita pepys que se gasta (la loca en cuestión, la adorable Charlotte Gainsbourg, a la que el cenutrio danés obliga a hacer todo tipo de barbaridades, es especialista en estudios de género, y acaba tomándose en serio los textos que en la Edad Media consideraban a la mujer un foco metafísico del Mal...sí, sí, así son las cosas). El único que se gana el sueldo, aparte de los actores, es el ingeniero de sonido, que llena de efectos inquietantes el film. Y el caso es que, como en todos sus engendros, Von Triers demuestra aquí que es un superdotado; misterios del arte, desde luego.
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