Hemos estado estos dos días liados con la pieza de Días de Cine, que no hemos tenido demasiado tiempo de prepararm y nos ha quedado larga y supongo que nos cortarán. Lo último que por aquí ha ocurrido ha sido que ha saltado la luz en el Carlton cuando estábamos con las entrevistas de Inglourious Bastards y nos hemos ido del hotel con un fuerte olor a quemado. En la calle me he cruzado con los bomberos, que llegaban con las sirenas sonando, aunque no parece que la cosa haya llegado a nada.
La entrevista con Tarantino estaba ya hecha, es una mole llena de energía que habla como una ametralladora con una pasión desaforada de cualquier cosa que le preguntes (que dado como funcionan los junkets han sido pocas). Daniel Bruhl ha contado que lo reclutaron en el film tras un casting malo porque querían ensayar una escena en francés y sólo tenían un guión en ingles, y él se ofreció a traducirlo -cuando desconociá la palabra en francés la decía en español- y eso les impresionó mucho, y Diane Kruger ha contado que Tarantino les hizo ver docenas de películas de directores alemanes completamente desconocidos para el común de los mortales. Y con esto se cierra el capítulo de entrevistas en el festival, y si mañana no puedo acercarme a ver el Tsai Ming Liang el palestino Elia Suleiman habrá cerrado el capítulo de películas vistas aquí. That remains the same es una película biográfica que arranca con la independencia de Israel, y tiene el minimalismo naif de Suleiman, que aquí no llega a pronunciar una palabra, y los héroes son sus padres (alguna vez ha contado como su padre, que fabricaba armas clandestinamente, fue torturado por los israelíes en 1948, historia que corresponde a la primera de las cuatro partes en que se divide el film) a los que dedica la película.
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