Venganza es una coproducción franco-china y un homenaje de Johnnie To a Jean-Pierre Melville (lo cuenta en el Cahiers, por eso lo sé), aunque la estrella actual del cine de acción honkonés copia a destajo sin melindre alguno y hace bien, que para eso lo han entronizado a la categoría de autor. El prestigio creciente del director le obliga a estar a la altura de las expectativas, lo que hace que a su habitual destreza técnica vaya sumando guiones bastante complicadillos, con sus curiosas vueltas y revueltas. La pasta francesa ha hecho que se traiga a China a Johnny Halliday, una estrellaza en Francia, que pone su cara patibularia al servicio del personaje, un padre que desembarca en el país más poblado del mundo porque a su hija, yerno y nietos los han frito a balazos. Ante los evidentes problemas que un tipo que se pasea por Macao con gabardina y sombrero sin saber una palabra de cantonés tendría para cargarse a unos competentes asesinos a sueldo, la fortuna quiere que se tropiece justo en la planta del hotel donde se aloja a otros asesinos también bastante eficaces, a los que contrata tras un par de gags bastante graciosos.
La peli cuenta en su parte central como estos personajes se hacen amigos y aprenden a apreciarse, o como un arquetipo de cartón piedra acaba adquiriendo entidad dramática. Algún golpe de timón en el guión es previsible y hay escenas que ningún director occidental en su sano juicio se hubiera atrevido a rodar (una aparición redentora de todas las personas del pasado del prota), pero en general está bastante bien, aunque hay algo que chirría en la última parte. No voy a contar más porque a lo mejor la cinta se estrena en España, aquí había un llenazo de impresión en la enorme sala Lumiere.
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