Antes de ponerme como loco en un locutorio rodeado de adolescentes e inmigrantes a dar de alta en la Seguridad Social a mis compañeros de rodaje, a comprar billetes y a mandar faxes a las distintas autoridades granadinas, voy a relatar un poco lo que ha sido el dia de hoy (esta entrada se la dedico a mi mujer, Inma, que empieza a enterarse de lo que pasa en mi vida desde que lee el blog), algo que me relaja y me saca de mis preocupaciones, y a lo mejor así consigo que a la gente se le quite la manía de hacer trabajosísimos cortos.
Empecé yendo a la Tesorería de la Seguridad Social de Granada, con la idea de que un alma caritativa me rellenase los impresos, para encontrarme con que, dado que me había dado de alta en el sistema RED, estaba obligado a hacer los trámites telemáticamente. Afortunadamente, un alma caritativa del departamento informático me quitó el pavor que me entró, y me descubrió que probablemente sabría hacerlo sin problemas.
Luego me fui al complejo Los Mondragones, donde lidié con Gestión dePalacios y Movilidad para diversos permisos. La cosa no iba mal ni especialmente bien; casi todo problemas que una vez metidos en el rodaje se solucionarán. Luego me fui a Endesa porque nos tiene que facilitar electricidad a través de un cuadro del Carmen de los Mártires. Allí me tiré hora y media porque media Granada esaba protestando por la facturación que hacen. Aquí el problema, además de tiempo perdido, es el dinero que nos va a costar la broma: además de lo que nos cobran por el engance (no demasiado), hay que pagar por un boletín por el que se han descolgado con una petición de 100 €, que me huele una forma menor de estafa.
Y tras ésta me fui a casa a comer, y a esperar a que llegase el comercial de Prosegur, porque tenemos que contratar seguridad para rodar en Los Bañuelos (unos baños árabes granadinos). Aquí todo fue firmar un contrato y un cheque; luego vino el equipo de ambientación artística con su hija pequeña y con un par de problemas insolubles, y tras infinitas llamadas me he venido al citado locutorio a echar la noche hasta que el equipo que se ha trasladado a Madrid a recoger la Redone con la que se graba esto regrese a Granada. Y mañana a recorrer prácticamente los mismos sitios.
1 comentario:
En el año 2001 hice mi último corto (también una superproducción de modesto presupuesto) y desde entonces no he vuelto a echar de menos, ni una sola vez, el fantástico mundo de los cortometrajes. Así que te envío todos mis ánimos telepáticos para que salgas indemne, y psicológicamente lo menos traumado posible, de esta experiencia epopéyica.
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