Debo de ser el único español que en vez de la esperadísima Ágora (Carlos del Amor me cuenta que ha sido recibida con frialdad en el pase de prensa) se ha metido a ver esta buena película de Un certain regard, segunda de su realizadora, Mia Hansen-Love, así que esto debe de ser una primicia de los medios nacionales.
El personaje principal, el padre del título, es un productor de cine independiente cargado de deudas que ve como su empresa, a la que ha dedicado toda su vida, se viene abajo sin remedio (pasan más cosas, pero me las callo para los que la vean en el futuro). Dentro del género del cine dentro del cine, tiene la curiosidad de mostrar el lado burocrático y mercantil del negocio, contratos, reserva de hoteles, pagos a laboratorio, búsqueda de financiación...
La directora vuelve a demostrar su maestría en la filmación de las escenas domésticas y familiares, a las que dota de gran verosimilitud, y vuelve al tono seco y distante de Tout est pardonné para narrar las cosas más terribles. Y también como en esa película, asistimos aquí al derrumbe (literal) de la figura paterna ante los ojos de un ahija adolescente, que si no recuerdo mal estaba interpretada por la misma actriz.
2 comentarios:
Me alegra saber que lo de Mia no fue sólo cosa de una película :). A ver si hay suerte y esta vez se estrena. Seguro que ha sido mucho más gratificante que ver la de Amenábar!!
Un saludo!
Hola, Daniel; le película es estupenda, menos áspera )en cierto sentido= que Tout..., más fluida, por así decir, con el mismo tono narrativo. Mia presentó la película en la sala, es jovencísima. Yo creo que tiene posibilidades de estreno si gana Un certain regard, porque percha con los actores no tiene, aquí desconocidos, pero seguro se puede repescar en La casa encendida (donde yo vi su primer film) o sala similar.
Un abrazo!
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