domingo, 25 de noviembre de 2007

Paula Rego en el Reina Sofía






Aconsejado por Mercedes, una fría y soleada mañana de un domingo otoñal me pasé por el Reina Sofía para ver la exposición de Paula Rego, pintora de la que no sabía absolutamente nada, y de la que pensaba que era una pintora española y (relativamente) joven. Lo segundo lo deseché cuando vi que tenía obras de mediados de los 50; y a la salida, cuando me hice con un programa de mano, vi que era portuguesa.






La primera etapa estaba compuesta por obras como esta, collages y murales bidimen- sionales en los que se desa- rrollaban distintas escenas, con figuras más o menos informes. En el catálogo pone que son muy políticos y critican con dureza la dictadura de Salazar, pero imagino eso será en el folleto explicativo del cuadro, porque no creo que a Salazar le quitase el sueño ni éste ni 5000 cuadros como éste que se pintasen.

















El caso es que Paula se pasa a la figuración en los 60, y de ahí no se mueve. En el programa se habla de Goya y Hogarth, pero a mí a quién me recuerda es a Gutiérrez Solana, aunque algo (no mucho) menos tremebundo. Dado lo extenso de la exposición, me quedé en los 80, en una serie bastante terrible de retratos femeninos que llevaban por título "Aborto", y que indefectiblemente mostraban a mujeres solas postradas en lechos que evidenciaban no pertenecer a ningún hospital, y donde la ausencia masculina era evidente. Pero esa ausencia estaba en toda la exposición. Hay hombres en elgunos cuadros, pero en la mayoría no. Lo que no quiere decir que el mundo de Paula Rego sea el de una feminidad autosuficiente. Las figuras de las mujeres suelen llenar la superficie del cuadro (en general, el espacio de sus cuadros se reduce a una habitación esquemática, un mueble, algún juguete, un animal...). Nada del orden del goce fálico se manifiesta en esta obra, si acaso. a veces, algo parecido emerge en juegos con animales, bastante presentes a lo largo de su obra.








Según parece, este es uno de los cuadros más famosos de nuestra pintora. Se llama "Familia", y muestra una escena cotidiana teñida de un aura siniestra. En el dormitorio familiar, una mujer, ayudada por quién se supone es su hija, desviste al marido. El rostro del hombre está tapado por el brazo de la mujer, pero en sus ojos se adivina una mirada de pánico (en la obra, no en esta reproducción canija). La posición de la niña es obscenamente incestuosa, con su sexo pegado al de su padre. Una segunda niña, más pequeña, asiste complacida al extraño ritual. En la pared del fondo, una representación muestra al paradigma del héroe cristiano occidental, San Jorge aplastando al dragón espada en alto, irrisión irónica del falo. Es curioso que en el apunte que hay de este mismo cuadro en la exposición no aparezca esta alusión en clave sarcástica al héroe masculino.

3 comentarios:

Los Piris dijo...

Y la pregunta es...

¿la exposición te gustó? Porque en este personalísimo blog no haces ningún comentario personal al respecto. A mí me recordó mucho al pintor polaco-francés Balthus (especialmente, el cuadro Familia). También pude adivinar ecos de otros artistas, esta vez de cómic, pero a estas horas aún tengo la cabeza demasiado espesa para recordar las referencias.

En otro orden de cosas, también está interesante la exposición temporal "El retrato moderno en España" del museo de bellas artes de la Academia de San Fernando (tiene un nombre tan largo que no sé si lo habré dicho bien). Tiene obras muy interesantes y su extensión no es desmesurada, lo que hace que el interés no decaiga en el transcurso de la contemplación.

abbascontadas dijo...

Sí me gustó, espero volver para ver la última etapa de su obra. Es verdad lo de Balthus, había una referencia que no acababa de recordar y era esa.

Los Piris dijo...

Otra expo que puede ser interesante

Además de la de Centelles, que aún no he ido a verla y seguro que está súper bien, el autor de cómics genio insigne español GALLARDO expone en la galería Pelayo 47 (en la calle homónima) a partir de mañana. Es interesante ver la trayectoria de este autor, estrella en los 80 con Makoki, que ha ido estilizando su dibujo hasta convertirlo en una mezcla de Jordi Labanda y Maitena. La subversión parece haber quedado atrás, pero las imágenes siguen siendo atractivas.