El guionista más cool del momento se ha traído a la sección oficial su primera película como director, Synecdoque, New York, un ejemplo perfecto de lo peligroso que es el ingenio descontrolado. Versión postmoderna de Ocho y medio, Synecdoque cuenta la historia de un autor teatral empeñado en escribir una obra definitiva que acaba suplantando su vida. Las constantes vueltas de tuercas narrativas acaban vaciando de contenido la historia (algo parecido a lo que ocurría con Inland Empire, todo hay que decirlo), que avanza hacia un final apocalíptico bastante gratuito. Partiendo de la sensación que todos hemos tenido en algún momento de nuestra vida de que la realidad que nos rodea no es más que un decorado o una farsa, un interesante comienzo en que pequeños indicios que surgen alrededor de Philip Seymour Hoffman (el que da vida al prota) la inducen a pensar que algo va mal en su cabeza o en el mundo se despeña por la obsesión de Kaufman en demostrarnos a todas horas lo listo que es. Yo siempre he tenido la sensación de que la pasión por este guionista es propia de la gente que ha leído poco, y a los que siempre les llama la atención sus hipermanieristas guiones. Tal vez con un productor que le ponga los puntos sobre las íes llegue algún día a hacer algo en condiciones, mientras tanto seguiremos esperando a ver que hacen sus colegas Jonze y Gondry con lo que escribe.
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