En realidad nuestra cena, porque estuvimos Alberto y yo. Habíamos quedado con Mónica el día anterior, cuando nos la cruzamos. La primera cita fue enla terraza del Gran Hotel, allado de la sala donde proyectaban el espanto de Bonnello, pero tras mi huida la cité en nuestro despacho. Con Alberto había quedado en dar esquinazo a Míchel (utilizamos la cena como terapia, Míchel tiene una extraña capacidad de sacarnos de nuestars casillas), y a punto estuvimos de no conseguirlo. Hablamos de nuestra estancia en Cannes y de la suya en Las Palmas, y nos contó que Alta Films (su antigua casa, donde entró jovencísima y se tuvo que hacer cargo del departamento de prensa de la noche a la mañana) había comprado la peli de Desplechin, y que ellos (ellos es el Festival de Cine de Las Palmas) estaban preparando una retrospectiva del mismo director, con lo que le hice prometer que, aunque mi blog tenga cuatro lectores tirando por lo alto, me invitaría al evento.
(Y también contó que el gran Weerasethakul, miembro del Jurado, se pasaría por su oficina hoy).
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