Llevaba tiempo sin salirme de una sala durante la proyección de una peli hasta que ayer sábado me metí a ver De la guerre, de Bertrand Bonnello, del que años ha me había visto la interesante y bressoniana Tiresias, y con el que había concertado entrevistas para hoy (que voy a cancelar en cuanto sea una hora prudente). Según parece, el punto de inicio es ellibro de Von Claussewitz del mismo título, y aunque al principio tiene cierta gracia (un Matthew Almaric que hace del director se queda encerrado en un ataúd por accidente, y esa irrisoria experiencia de lamuerte le lleva a un extraño recorrido iniciático, bastante ridículo) hace aguas en seguida. Me escapé por una puerta de emergencia que llevaba a unas escaleras tan deterioradas como casi todos los espacios comunes de las casas de esta zona, y tras subir varios pisos me encontré en una calle donde caía un diluvio. A ver si encuentro una foto de la presentación del equipo de la película antes de la proyección, porque todos los actores parecían rivalizar por tener el aspecto más maudit.
No hay comentarios:
Publicar un comentario