Como Jose es una máquina de hacerse con invitaciones para fiestas, llevaba un par de días dándome la paliza para que llamase a Virginia, agente de prensa que lleva la película que el infumable Ferrara presentaba aquí, un documental sobre el hotel Chelsea, del que no sabía nada hasta que Alberto, que se vio la peli, me puso al día. Como yo soy incapaz de hacer una gestión como esa, le di el teléfono al propio Jose para que llamara él, pero en esto que Míchel también se quiso a puntar al fiestorro, con lo que el muerto de la llamada se lo pasaron a él, con la curiosa consecuencia de que sí había una invitación, que por supuesto se quedó Míchel, para mosqueo de Jose (que dijo que la fiesta de Ferrara del año pasado fue la mejor del festival) e hilaridad del resto del equipo.
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